Aunque no lo parezca Almagro tiene su movida de oficinistas que salen a almorzar al mediodía y fue siguiéndolos que un día descubrí Hipin. Sin marquesinas ni carteles que lo identifiquen en su fachada, Hipin es un local de comida vegetariana que pertenece a una simpática familia taiwanesa. Se puede comprar para llevar o comer en una mesa con tres lugares ubicada frente a la ventana principal. Cada cliente elige su bandeja y arma su menú que luego paga en la caja de acuerdo al peso. Las opciones son sabrosas aunque no varían mucho a lo largo de la semana. Hay variedad de ensaladas, milanesas de calabaza, berenjenas y soja, empanadas, buñuelos y arrolladitos primavera. Luego, tartas, pizzas, tortillas y distintas versiones de arroz, fideos y carne de soja salteados con vegetales. Para el postre, fruta natural o de lata y alguna sorpresa casera que se encuentra antes de pagar como torta de zanahorias o bocaditos de higo y nuez. Tienen una heladera con las tradicionales aguas saborizadas y gaseosas y alguna que otra botella importada con jugo de arándanos y de papaya. También se consigue té verde orgánico, de manzanilla, canela y gingseng, levadura virgen, want want senbei, harina de chia, fideos de arroz, salsa agridulce, carne de soja, vinagre negro, to fu y palitos taiwaneses para comer.