Fui a lo de Gustavo cuando ya no daba más del dolor de cervicales. Y por«no daba más» lo que quiero decir es que hacía un mes que estaba con dolor de cabeza, mareos y hasta vértigo. Me comentó que es kinesiólogo pero que se especializó en osteopatía y es la técnica que aplica. Me hizo un par de preguntas de rutina y me empezó a arreglar la espalda. Para ser sincera, no sé qué hizo, me frotó de un lado, me estiró del otro y me sonó de acá y de allá. La cuestión es que cuando salí ya era otra. Me dijo que soy un desastre, pero un desastre arreglable, lo cuál me dio ánimos. Me explicó bien qué ejercicio hacer y cuáles no hasta que esté mejor. Me dijo que vuelva en 20 días y que una vez que me vaya arreglando voy a ir cada vez más espaciado. Lo que me convenció a ir es que quién me lo recomendó tiene una hernia de disco y va desde hace años cada 2 meses y con eso puede llevar una vida completamente normal.