El Viejo Torino es una pizzería cómodamente ubicada en Mataderos, específicamente en Alberdi y Bruix. Un salón amplio y colorido abundante de mesas nos rememora a cualquiera de estos retó que abundan en la cuidad que tienen como objetivo central darle de comer al cliente. Ya había venido antes y no me pareció un lugar destacable. Las pizzas son realmente buenas y honestamente lo más cómodo que tiene es poder pagar con débito o creído(un lujo en estos días). Mesas afuera con un techo plástico contra las lluvias y el viento como cualquier pizzería de barrio. Con televisores amplios es centro de reunión para los fanáticos del fútbol, por ejemplo. Lo que no había visto nunca fue lo que sucede los viernes por la noche donde las reservaciones desbordan el lugar debido al show de música en vivo. Fue lejos lo mejor que me pasó en las cenas de estos días. Simple: un joven canta con una pista temas de Sergio Denis, Luis Miguel, Sandro, José Veles, etc. El show verdadero lo da la fanaticada de hombres y mujeres que cantan desaforados como si estuvieran en un concierto hecho y derecho. Muy familiero, los cumpleaños los cantábamos entre todos y el agasajado se daba el lujo de pedir un tema a gusto y piaccere. Una verdadera fiesta barrial para disfrutar de la experiencia completa. La pizza como les dije es rica, aunque la variedad es la habitual. La pizza de la casa tiene palmitos sorprendiendo a nadie en esa varieté de ingredientes arriba del queso. Te reciben con un pancito casero muy rico y un dip que abunda en queso crema y jamón o lo que haya habido por ahí para darle un toque de distinción. Gastronómicamente no sorprenderá a nadie, pero si quieren un show distinto el viernes es el día para enamorase de este riconcito Pizzero.
Eugenia S.
Place rating: 3 Buenos Aires, Argentina
De este restaurant lo primero que debo decir es que la relación costo/beneficio es igual a 1. Todo lo que te cuesta, es todo lo que te dan. Cuánto cuesta: muy poco. Hace menos de dos meses fuimos a comer con mi novio y comimos milanesa de pollo(suprema) a la napolitana con papas fritas, de postre compartimos un helado y tomamos dos gaseosas y pagamos solo $ 120. Caímos ahí de casualidad, porque se nos había hecho muy tarde para almorzar(eran casi las 15.30hs) y no había nada más abierto por Mataderos, y nos sorprendió el precio y que la comida no era mala. Lo que sí, la estética no la cuidan ni un poquito. En vez de mantel, te dan un pedazo de papel blanco; los cubiertos vienen húmedos –por poco no vienen chorreando el agua de la pileta-, las servilletas no absorben nada y el ambiente es muy ruidoso. Pero bueno, a caballo regalado no se le miran los dientes, y sí, porque este precio es realmente un regalo.