Doña Clara

Si te gusta la repostería, este es EL lugar donde ir a comprar absolutamente TODO lo que necesitás.
Es un local alargado, con vitrinas llenas de cosas y un enorme mostrador con varios empleados atendiendo simultáneamente.
La modalidad es: sacás número, esperás a que te atiendan, te ayudan con lo que necesites (están sumamente preparados para darte consejos), te dan un ticket, pagás en caja y en el fondo retirás.
Armate de paciencia para esperar un rato, yo fui un sábado a la mañana y tenía 40 personas adelante mío, pero pasó bastante rápido por suerte. Otra cosa que noté es que cada tanto preguntan si alguien está para comprar una sola cosa, y lo dejan pasar antes.
Se nota que es una empresa familiar, ya que detrás del mostrador hay varias generaciones de amantes de la pastelería.
Aceptan tarjeta de crédito (3 cuotas sin interés) y te hacen un recargo del 10% sobre determinados productos: en mi caso compré un montón de cosas y el recargo cayó sólo sobre el azúcar impalpable, que la pagué $ 1 más.
Definitivamente voy a volver por más cosas, intentaré ir en otro horario para ver si puedo chusmear más tranquila porque la variedad de cosas que tienen es muy grande.

En mi sueño de ser Marta Ballina por un rato (siempre la miraba cuando era chica, oh Marta!), le pregunte a mi hermana donde podía conseguir cosas de repostería en capital. Por microcentro olvidate, así caí a Doña Clara.
La zona no es la mejor, obvio hablamos de la Av. Corrientes a 2 cuadras de la estación Pasteur o Pueyrredon de la línea B. Es un local largo y creo que no llegas a ver todo lo que tiene. POSTA.
La metodología es sacar numero, te atienden, en el fondo pagas y con el ticket retiras en el otro mostrador.
Artículos para cocinar, moldes, utensilios, cortantes, TODO. Después fui por la pasta Ballina, tienen variedades y pesos. También venden al por mayor. A las cosas de cocina, especias o demás decoraciones de torta también venden libros de esta temática.
Sumemosle todo lo que tienen no?, la atención es genial. Las chicas que te atienden saben y te asesoran. Amor a ellas por tenerle paciencia a las inexpertas como yo.
De perlita, en el local andan dos hombres trajeados grandes que uno repone y el otro te da el pedido. Hasta te regalan recetas. Son un amor.

Si estas pensando hacer algo de repostería, Doña Clara es la mejor opción, tienen todo lo que necesitas y más. Es un pasillo largo y aunque siempre esta lleno de clientes cuentan con el personal suficiente para hacer de su atención rápida y acogedora. Si hablamos de precios, los de los productos comestibles son razonables y adecuados además su calidad es muy buena, y los utensilios de cocina son un poco más costosos de lo que estoy acostumbrada a pagar. Si pagas con tarjeta de crédito el cargo es de10%.

Tienen de TODO, siempre está lleno pero atienden rápido y mientras espero me entretengo chusmeando todo ese universo. Algunas cosas estan en precio y con otras deliran, compré unos moldes para tarteletas y a los días los conseguí mucho más baratos a cuadras de casa.

Doña Clara es el lugar ideal si te gusta la pastelería. Tienen lo que se te ocurra, desde cacao amargo de diferentes marcas, hasta esencia de panceta.
Siempre había visto la vidriera de este negocio en calle corrientes, y nunca me había animado a entrar. Pero estaba necesitando algunas cosas, y decidí probar suerte. Encontré todo, y me quede con ganas de comprar más cosas.
Tienen también en la vidriera batidoras, moldes, etc y dentro tienen cientos de cortantes de galletita. Quería comprar unos cortantes de halloween pero me parecieron muy caros. Lleve una esencia de vainilla natural, mucho más rica que la normal, un colorante rojo, chips de chocolate y cacao amargo marca Fénix. No es super barato pero tienen cosas de calidad, y también tienen opciones más económicas.
Lo único es que los sábados once es una locura de gente, y Doña Clara no es la excepción.

Pocas cosas en el mundo me hacen tan feliz como cocinar una torta. Y eso conduce directamente a Doña Clara. En ese pasillo con vidriera de un lado y mostrador del otro está básicamente todo lo que puedo llegar a querer en una tarde nublada.
Lo conocí hace mucho años, cuando recién me había mudado a esta ciudad y le pregunté a alguien (ya ni siquiera recuerdo a quién) dónde podía comprar unos lindos pirotines para hacer unos cupcakes. Desde el primer momentofui emocionada por el nombre del local porque se llama igual que yo (!!!). Y una vez que entré supe que iba a volver mil veces.
La cantidad de moldes, ingredientes, jarabes, pastillajes, colorantes, decoraciones hechas (hay unos animalitos que son un sueño) y todo lo que se te pueda ocurrir para hacer pastelería que tienen, es impresionante. Un tip importante: venden chocolate Fenix sin demasiado sobreprecio.
Hay que destacar que no sólo venden cosas de pastelería: tienen cortadoras de fiambre, batidoras, y varios electrodomésticos de la cocina. En fin, cualquier cosa que necesites, está ahí.

Ante la pregunta: «Ma, dónde compraste la vela de mi cumpleaños?», «Ma, dónde compraste estos pirotines de cupcake tan copados?», la respuesta fue siempre Doña Clara.
Un día lo tuve que conocer.
Doña Clara es un clásico en la zona de Once.
Es un local chico (quizá decepcione un poco ante tanta fama) pero tiene todo. Y como dicen ‘lo que importa es lo de adentro’, no? Acá se cumple.
Es un local especial para cocineros pasteleros/​panaderos/​aficionados a la cocina dulce.
Tiene todo lo que te imagines! Desde cosas comestibles para decorar tortas o muffins, los moldes de todos los tamaños y formas, papelería copada para decorar, velas de todo tipo, etc.
No es caro. Está bueno hacerse una lista e ir de vez en cuando, la gente generalmente lleva por mayor.
La gente que atiende está súper predispuesta a ayudarte. Están acostumbrados a que le pidan cosas raras, asi que no tengas miedo en preguntar por cualquier cosa. Doña Clara lo tiene.
Es un lugar que lo conoces y volves siempre.

Si hay algún aficionado a la pastelería, es muy probable que conozca Doña Clara, este local angosto y alargado en pleno Once, emporio de infinidad de artículos de repostería.
Acá van a encontrar desde ingredientes que no se consiguen en las casas de repostería chicas, jarabe de maíz, cremor tártaro, extractos de limón, almendras, vainilla real, bolsas tamaño industrial de azúcar impalpable, merengues triturados, granas de todo tipo, fondant, pastillaje, mucha variedad de colorantes.
Además de todo tipo de materia prima comestible, hay un surtido como en ningún otro lado de moldes, de cualquier tipo que puedan imaginarse: de varias formas de tortas, muffins, de bombones, de caras para hacer muñecos de pastillaje, de silicona y de metal. También venden cake stands (platos elevados con pie) de vidrio o los más económicos de acrílico, e infinidad de utensilios de todo tipo, incluyendo batidoras, procesadoras, etc.
Suele estar muy concurrido, se retira número en la entrada y un montón de vendedores van llamando por turno, ya que cuando uno va a comprar en general se lleva más de una cosa. Luego entregan todo en el fondo y mientras uno paga en la caja, preparan la bolsa. Si necesitan hacer una receta que lleve algún ingrediente que no tienen en sus casas, es muy probable que lo encuentren acá.