Tuve mala suerte o tal vez no supimos elegir bien de acuerdo a lo que buscábamos. Llegamos a las 19:30 y nos dijeron que cerraba a las 20hs. Nos pareció raro porque un día de enero a esa hora es pleno día. Suspendimos los bagels que pensábamos pedir y solo pedimos dos cervezas. Había una sola marca y variedad de cerveza, dicho sea de paso. Pagamos en la caja y esperamos en la mesa como 15 minutos. Cuando fuimos nuevamente a preguntar nos dijeron que había dos pedidos antes que nosotros y que había pasado muy poco tiempo(?). Pasado un tiempo llego la moza con las dos botellitas en la mano(sin bandeja) y con dos vasos Plasticos(!). Como dato curioso el destapador que tenía era de esos abrelatas chiquitos. Literalmente tuvimos que ayudarle a abrir las botellitas. Por último, las sillas de la vereda son sumamente incómodas. Tomamos las bebidas rápido porque ya comenzaban a levantar todo por el cierre del local. Mala experiencia, ojalá tengan más suerte que nosotros!
Charo M.
Place rating: 5 Buenos Aires, Argentina
Me emocioné cuando entré a Break ‘n Cake. Si bien está desde 2012, nunca había ido. Porque pensaba que era muy caro, porque no entendía muy bien de qué iba. Pero el fin de semana pasado me animé. Fui con mi amiga Vero, que es igual de devota del Barrio Chino que yo y fue hermoso. El edificio es un sueño. Madera, estructura antigua, una remodelación bien hecha que mantiene esos detalles hermosos como la herrería de las ventanas y las puertas, pero permite la mejora de algunas cosas como incorporar un baño para personas con discapacidades en la planta baja, haciendo del lugar uno de los pocos accesibles en la zona. Además tienen una barra comunitaria, que a mí me encanta. La parte gastronómica también es genial. Es un formato dely, pero con aires orientales. Hay promociones de almuerzo muy convenientes: tartas o bagels o wraps o bentos(las viandas japonesas geniales que traen varias cosas, generalmente una proteína, un carbohidrato y vegetales crudos y cocidos) con bebidas o jugos naturales, todo a menos de $ 100. Nosotras elegimos un bento de cerdo con arroz(faltarían los vegetales crudos, pero bueno) y un wrap de kani kama, con una jarra de juego de naranja y durazno. El bento estaba bien. Un poco frío, y el arroz era un típico Gallo Oro, le pongo 2 estrellas. Pero el wrap compenzó todo. La tortilla estaba hecha con una masa que no logramos distinguir de qué era, pero era suave y finita. El relleno era de kani kama, palta, cilantro, queso crema, cebolla morada y leche de tigre. Increíble. Y venía con nachos y un dip de queso crema y pimentón. Hermoso. 5 estrellas. El jugo estaba muy rico. Hay opciones dulces varias y modernas y lindas. No creo que haya opciones sin tacc, pero sí hay vegetarianas. Venden café y té y tienen muy buena pinta aunque no llegamos a probarlo. ¡Una excusa para volver!
Cintia V.
Place rating: 3 Buenos Aires, Argentina
Es un café situado en el barrio chino, el lugar es una casa vieja transformada en café, asique parece un mini laberinto de habitaciones, tiene en una habitacion una mesa grupal y enla otra mesas de individuales, no es muy grande asiq no mas de 30 personas entran. Hay promos super razonables para la merienda/desayuno. Venden desde bageles, wrapps, minitortitas, y obvio café y frappé. La dinamica del lugar es pedir en la caja, pagas, te dan un numero de orden(cartelito) que ubicas en tu mesa. Y te lo alcanzan cuando esta listo. Me gusta este metodo de pagar por adelantado, porq a la hora de irte te lavantas y listo. Hay q implementarlo mas!
María Paz E.
Place rating: 4 Buenos Aires, Argentina
Muy bueno todo, lo salado y dulce. Tranquilo y precios accesibles. Los bagles muy sabrosos y las mini cakes riquísimos
Roxana A.
Place rating: 3 Buenos Aires, Argentina
Ubicado en el Barrio Chino(Belgrano) lo primero que llama la atención es el muñeco inflable de la puerta. Un «chinito» relleno de aire tomado como uno de los íconos del barrio para las fotos o selfies. Casona belgranense reacondicionada, sólo conocí la planta baja, ya que estaba de paso y fue una buena opción para un almuerzo liviano en un recorrido de compras con amiga. Como ofertas de comidas podés elegir entre ensaladas, bagels o tartas. Por mi parte probé un bagel de salmón que no me decepcionó. Lo «maridé» con un licuado de naranja-durazno muy refrescante y con la opción de pedirlo en jarra para compartir. También hay servicio de cafetería, pero es igual de acotado que el resto. El sistema de compra es elegir lo que se quiere consumir, pagar y luego te alcanzan el pedido. Te identifican por el número que te dan en caja y que dejás visible sobre tu mesa. La atención fue correcta, nada descollante. Lindo lugar, rica comida, una opción de buen precio, «al paso».
Agus S.
Place rating: 4 Buenos Aires, Argentina
Me gusta cuando los nombres son pragmáticos y describen lo que representan y ese es el caso de este lugar. Una casa antigua reacondicionada para ser un café pero también, como una casa, para hacer un recreo, una pausa, parar, sentarse, descansar. El local cuenta con dos pisos. Mi preferido es el de arriba que tiene tres habitaciones: una con mesas y sillas como cualquier café, otra con mesas altas para sentarse en grupo o trabajar cómodo, y, por último, la sala de sillones que viene con yapa: balcón y mesita. MI lugar en este café es ese balcón, ideal para merendar y ver como, a medida de que la tarde termina, empiezan a encenderse las primeras luces del Barrio Chino en pleno Belgrano a pasitos de la estación de Barrancas, tránsito inevitable de muchos. Tan inevitable como sacarse una foto con el chino inflable que hay en la puerta del local y del cual todos los que pasean por allí los fines de semana, comentan. Mi recomendación, sin embargo, es ir al Barrio Chino y especialmente a este café, los día de semana. Los sábados y domingos es una locura de gente, difícilmente consigas lugar y van a tardar un montón en atenderte y llevarte el pedido a la mesa. Claro, el sistema funciona así: llegas y en la caja haces tu pedido y te lo cobran; índicas dónde vas a sentarte y hasta allí te lo alcanzan. La relación precio-calidad es muy buena. No dejen de pasar!
Sabrina P.
Place rating: 5 Buenos Aires, Argentina
Uno de mis lugares favoritos para merendar en el Barrio Chino. Si son de ver doramas asiáticos, este lugar es para ustedes. Las mini cakes, el ambiente descontracturado y joven, los mozos muy amables, todo en conjunto ayuda a que pasen un momento agradable. Para quienes estén desconcertados por el funcionamiento del local, eso así: en la caja se hace el pedido, pagás, te dan un número y te sentás en tu mesa a esperarlo. Simple. Si quieren dejar propina, se hace en el mostrador.
Flor A.
Place rating: 5 Buenos Aires, Argentina
Me esta gustando este lugar tranquilo, buena atencion, podes desayunar hasta comer o postres con buenos colores. Es una casa reformada tiene mesas afueras y dentro hay otro piso arriba con lo mismo hasta un pequeno balcon para tomar algo afuera. Recomendable para ir entre amigos.
Abby A.
Place rating: 4 Buenos Aires, Argentina
Buena atenciòn Buen cafè Cumple las 3 B: bueno, bonito y barato! El bagel de salmòn el mejor!
Lucia S.
Place rating: 3 Buenos Aires, Argentina
Bien. Cumple. Bueno bonito barato para comer un bagel o tarta al mediodia. Lo q no puedo creer es q un local musicalice con Spotify gratis. $ 36 x mes y no escuchas la publicidad. De cuarta
M. Victoria M.
Place rating: 3 Buenos Aires, Argentina
Los dueños de Break ‘n Cake no terminan de decidirse: no es autoservicio pero tampoco tienen mozos; es un término intermedio que genera desconcierto, al menos hasta que llega el pedido a la mesa. Cómo funciona: hay un mostrador, al mejor estilo Starbucks, donde uno pide lo que quiere [la oferta es variada: ensaladas, sandwiches, sushi, cookies, medialunas, cuadrados dulces o porciones de torta y cafés, licuados, tés, jugos], paga en el momento pero, y hete aquí la confusión, se sienta a la mesa sin su pedido en la mano. Pero … ¿cómo? Sí, aquí empieza el protagonismo de los ¿mozos? Quien nos atendió cuando hicimos el pedido, comparte la trastienda del mostrador con un colega, que se ocupa de preparar el pedido, ponerlo sobre una bandeja y alcanzarlo a la mesa correspondiente. Sucede que, muchas veces, la comunicación entre el cajero y el mozo/cocinero no es perfecta, alguno se olvida de algo y hay que reclamar para completar el pedido que pagamos unos minutos antes. Por suerte para los clientes –no sé si para los dueños– Break n’ Cake nunca se llena lo suficiente como para psicotizar a los cajeros/mozos/cocineros quienes, antes o después, llegan a la mesa con el pedido. Más allá de esta exótica modalidad de atención, la comida que ofrecen es buena, las porciones son apropiadas y los precios, adecuados [aunque no recomiendo las mini tortas individuales: dejan ver un fanatismo por la gelatina con el que no concuerdo ideológicamente]. Teniendo en cuenta esas condiciones, la mejor alternativa para visitar Break n’ Cake es comprar algo, pedirlo para llevar y comerlo como vianda de almuerzo al trabajo.