Entré de casualidad a este local de Bonafide porque andaba por la zona de Pueyrredón y Corrientes y no ubicaba ningún barcito lindo para parar. Como no frecuento mucho estos pagos, no quise innovar. Las cafeterías de cadena no son nunca una primera opción, pero, en estos casos, más vale lo conocido. Bueno, qué les puedo decir de un Bonafide que no conozcan… En principio que en esta sucursal en particular, lo mejor es NO elegir las mesas de afuera –a menos que seas un fumador empedernido. Y ni siquiera! No sólo la visual no es de las mejores, sino que se trata de una de las zonas con mayor índice de arrebatos y carteristas al acecho, así que lo mejor de esta sucursal está puertas adentro. La atención fue muy buena. El mozo no paraba de ofrecerle a los clientes las mejores mesas que disponía el local para enchufar su laptop y les deletreaba en secreto la clave, difícil de memorizar. La musicalización fue de mi agrado y no estaba alta, perfecta para estudiar, trabajar con la compu o charlar sin gritar: escuchamos por completo el disco«Cantora» de Mercedes Sosa, uno de mis preferidos –y el de Osvaldo, el encargado del lugar-. El pago con tarjeta de débito tiene un mínimo de $ 25 y asciende a $ 100 para tarjeta de crédito. No es un lugar al que iría voluntariamente a tomar algo, pero puede ofrecer un reparo ante una zona«hostil» en horas pico y con mucho movimiento comercial.