Bonafide

Soy de ir mucho a Bonafide, desde chiquita. Recuerdo que nos pedíamos con mi mamá el capuccino a la italiana, lo hacían bárbaro, nos encantaba. Le ponían un montón de crema chantilly casera y un pedazo enorme de chocolate en rama. Mi hermana, que era más chica, se pedía un promoción de cindor+chocman a $ 1,50. Todo acompañado con mini nougatones. Nos encantaba sentarnos en la barra y ver como preparaban todo.
Ahora pusieron uno en mi barrio, la calidad disminuyó un poco pero sigue siendo buena. Yo me pedí una promoción de café con leche con torta, elegí la balcarce. Me gustó mucho. Mi abuela se pidió una de mousse de chocolate que me empalagó un poco, y mi tía un panini de peceto con tomate y muzzarella. Estaba buenísimo.
Es lugar es ideal para ir a merendar, tanto con familia como con una pareja o amigos.

Lo que me encanta de Bonafide es el olor a café constante que hay en el local. Si bien conozco muchas cafeterías de Buenos Aires, el olor que tiene Bonafide no lo tiene ninguna. Es exquisito, super tentador.
Es un lugar ideal para ir a desayunar o merendar. Tienen muchas opciones de cafés y de tortas/​sandwiches/​muffins/​etc. para acompañar. Soy media básica y siempre me pido un café con crema (que viene con MUCHA crema) que trae algún bocadito (por lo general mini nugatones). Para comer les recomiendo algún panini: tienen una amplia variedad de ingredientes y son todos buenísimos. Te los traen calentitos, con el queso bien derretido y el pan dorado.
Además de ser un café donde sentarse a tomar algo, en Bonafide también podés comprar algunos de sus productos. Todos sus chocolates, variedades de cafés, obleas, caramelos, etc. están exhibidos en una letrina esperando a que te los lleves con vos cuando termines tu café.