Bon Vivant

Esta escondido abajo de un árbol, es tan chiquito y discreto que si no pasas por la puerta o te cuentan donde está no te enterás de sus existencia. Pero claramente algo la sostiene en el tiempo, porque ésta tienda de pastelería y panadería permanece sin demasiado esfuerzo. Los días y horarios de apertura no quedan claros, y de hecho cada vez que entro no hay nadie, pero todas esas delicias a la vista se van a pedido telefónico.
Su fuerte es el catering para eventos, o la reserva con anticipación que posteriormente el cliente va a buscar. Pero recomiendo tenerlo como opción a la hora de tomar el té, comprar algo rico para el postre o comprar la torta de ultimo momento para un festejo imprevisto. También hacen tartas saladas para el mediodía, de zapallitos, puerros, humita, queso y cebolla o pascualina, empanadas y bollos de verdura o de queso. Son las únicas tartas que más se asemejan a las de la máma. Que difícil es encontrar una que no tenga el relleno disecado o rancio, que no se pase de cebolla o que tenga sabor a algo. Bueno, acá está la posta tartera. Las venden por porción a $ 25. Aclaración: son livianitas, asique si hay mucho apetito recomiendo llevar dos o tener una guarnición de respaldo.
De dulces, además de tortas tienen palmeritas, mini alfajorcitos, masas secas, brownies, budines, coquitos, cuadrados, pastafrola y otras «golosidades». Los precios están a nivel estándar en el rubro. Nada fuera de lo común, ni para arriba ni para abajo.