No puedo opinar friamente sobre Bachino. Cada vez que paso frente a su local de Cabildo me agarra una nostalgia extraña, me recuerda a la adolescencia de mi hermana(ergo, a la ropa que yo le sacaba). Pero al mismo tiempo no entiendo cómo ese local con ese tamaño sigue existiendo. En los 90s Bachino era EL lugar de ropa súper barata y básica. No te iba a durar para toda la vida pero tampoco habías pagado por eso. Hoy en día no es barata y el local siempre está vacío. Siguen teniendo ropa básica, sin estampados y casi todas las prendas son de colores apagados. Si me lo pongo a pensar, tampoco conozco a nadie que siga comprando acá. Para ropa más o menos y barata mejor ir a Avellaneda, y para ropa de mejor calidad y más cara, hay mil negocios más.
Maria Sol F.
Place rating: 3 Buenos Aires, Argentina
Bachino es el último bastión de las tiendas de ropa de los ’90, y creo que después de muchos años de contemplación y análisis, aún no logro entender como es que este lugar sigue abierto. Nunca le veo gente adentro, y muchas veces, lo veo cerrado. Siempre tiene las mismas prendas en vidriera(va rotando, pero hace años no introduce un color o estampado nuevo), y las filas de percheros acomodadas de la misma forma y con básicamente la misma ropa. Parece que realmente adentro de este local hay una especie de twilight zone en la que el tiempo no pasa. Este primo cercano de C&A(no por sus dueños, sino porque es prácticamente el mismo concepto) tiene poca oferta, cara(demasiado) y poca clientela. Casi que ponerle una calificación se me dificulta porque, aunque entré, nunca me compré nada porque siento que estoy comprando ropa vieja, y porque lo poco que me gusta es excesivamente caro.
María Victoria B.
Place rating: 4 Buenos Aires, Argentina
Bachino supo ser el emporio de la ropa baratísima allá por los comienzos de este siglo. Hoy en día de barato no le quedó nada pero sigue vendiendo prendas clásicas que igual están a buen precio. Han mejorado mucho su diseño y la calidad de las prendas con lo cual el aumento se justifica. Para mí tienen lindas prendas clásicas para todos los días. Muchos caballitos de batallas: remeras lisas, camisas lisas, blazers lisos, vestidos lisos. No encontrás un estampado ni de casualidad. Pero todo es bello y funcional. El local sigue siendo despojado y con poquísimo personal. La misma chica que te asesora en el salón es la misma que te cobra. Por suerte sacaron al guardia de seguridad que te revisaba la mochila o la cartera cuando salías. No tienen sitio web y no trabajan con promociones de tarjeta. Se ve que la idea sigue siendo mantener los costos lo más bajos posibles.