A los mandarines le termino comprando siempre alguna cosita por respeto a la tradición y al trabajo bien hecho. Esta casa era originariamente una casa donde se podía conseguir café molido a la vista y alguna que otra delicatessen. Hoy en día sigue vendiendo café, es bastante bueno pero caro por lo no tan bueno que es. A la par, venden golosinas algunas que se podría decir son delicatessen pero también venden las golosinas berretas de kiosko. Los precios de las cosas dulces están ok. Por último les recuerdo, esta es una casa para visitar y comprar algo por el valor que tiene su tradición y el trabajo duro y constante de su dueño que hasta hoy en día, con más de 70 años, sigue atendiendo en el local. Si le charlan sobre café, van a aprender bastante ;)