Como estoy trabajando en ésta zona, de a poco voy conociendo nuevos lugares para variar en el almuerzo cuando no puedo traer la comida de casa. Fuimos a Perlunes a pocas cuadras del Sanatorio de la Trinidad, con un grupo de 10 compañeros de trabajo. Llamamos previamente para reservar una mesa y por lo que vi es una condición necesaria si querés caer a almorzar con un grupo tan grande de gente. Totalmente lleno, hasta las mesitas que tenían sobre la vereda. No es un lugar amplio pero entran alrededor de 50 personas apretaditas entre todas las mesas que hay. Tiene dos televisores para tener la hora a la vista y no pasarse del tiempo de almuerzo(?) y afuera un pizarrón con los platos que ofrecen y lo más importante: los precios. Nosotros por teléfono pedimos 9 pizzas, o eso escuché. Cuando llegó la pizza para sorpresa eran 4 porciones cortadas en cuadrados. Muy crocante la masa a mi parecer y al de todos los que comimos, tanto así que no podía cortarla con cuchillo. La variedad sí estaba buena: muzza con rodajas de tomate(no era napolitana), jamón con morrones, rúcula con jamón crudo y tomates secos, y muzzarella con cebolla colorada. La bebida es en botella de vidrio Línea Pepsi. Nos trajeron una panera con varios pancitos saborizados y queso para untar. La cuenta la trajeron a la velocidad de la luz, algo que me parece EXCELENTE. Volvería para probar otras cosas, la pizza no la recomiendo.