Gustavo te caza al toque lo que querés que te haga, te enseña a peinarte vos mismo dependiendo del corte que te hagas, es canchero, corta rápido, sabe lo que hace. Y por eso hay siempre tanta gente en su peluquería. Cortarte con él no sale más caro, a pesar de ser el dueño y de ser reconocido en la zona. No puede decirse lo mismo de otras peluquerías de Adrogué, donde si querés que te corte la persona dueña del local tenés que estar dispuesto a pagar demás. Lo único que me pareció es que estaban cortos de personal por ser un sábado a la tarde(es la primera vez que voy, por lo que no sé si suele ser así o si hoy faltó alguien), pero estuve una hora de espera para cortarme y no me ofrecieron ni un café. Es un detalle que suele sumar. Pero bueno, fui por mi pelo, no por mi estómago, y me fui contenta. Los precios son bastante razonables; $ 200 un corte de pelo. Volveré.